En 1968 Bette Howland tenía 31 años, era madre soltera
de dos niños y apenas podía mantener a su familia
con el sueldo que ganaba trabajando media jornada
como bibliotecaria. Y por si fuera poco, pasaba las horas
libres que tenía mientras sus hijos dormían escribiendo
incansablemente para conseguir su sueño de
ser escritora. Una noche, cuando estaba en casa de su
amante y mentor Saul Bellow, intentó suicidarse ingiriendo
un bote entero de pastillas.
El pabellón 3 es un retrato extraordinario de la comunidad
de Ward 3, el ala psiquiátrica del hospital de
Chicago en el que la internaron después de este episodio.
Este libro, plagado de momentos llenos de humor,
fue su salvación y lo que la ayudó a salir de su
depresión.
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