La Condesa Pastiflora es una chica valiente y poderosa, rescatadora de princesos, heroína de muchas historias y ganadora de mil batallas. Acompañada por Jerónimo, su fiel y bonachón escudero, tiene unos ojos de alfiler y viste una armadura de papel de plata.
Jacinto Vélez, el Titiritero, no es un hombre mayor, debe andar por los sesenta. Más que viejo, es antiguo. Un hombre de los de antes, de los que fueron a colegios de frailes lejos de casa. Hace mucho montó su compañía de Títeres Titiritrake y, desde entonces, ha paseado el Guiñol por todos los pueblos de España para arrancar sonrisas y carcajadas a los niños. Con ayuda de Martina, su mujer, recrea las aventuras de la Condesa Pastiflora y
el bello Princeso Patitieso, el gordo Escudero Jerónimo, la Reina de Bastos y el Dragón Belitón con su boca de galletas. Lo que aún no sabe es que todos sus muñecos tienen vida propia gracias al cariño que el mismo ha puesto al fabricarlos.
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