Joaquín Penina nació en Gironella, comarca del Berguedà, en el corazón de Cataluña. En los años 20 emigró, como tantos otros, a Argentina. Se ganaba la vida colocando azulejos, pero vivía para difundir las ideas en las que creía: las libertarias.
El 9 de septiembre de 1930, acusado de distribuir un manifiesto contra el golpe de
estado del general Uriburu, la policía irrumpió en su domicilio y lo condujo a la jefatura.
De los locales policiales, Penina fue llevado en camioneta hasta las afueras de Rosario.
Allí, el fuego del pelotón acallará el grito " Viva la anarquía!" con el que Penina se
despedía del mundo. Tenía 29 años.
El asesinato de Penina no fue admitido por la policía ni por la justicia: según las
autoridades, simplemente desapareció. Hasta que Aldo Oliva desenterró el asunto, investigó el caso y reveló la irrefutable verdad.
El fusilamiento de Penina, el libro que Aldo Oliva, poeta rosarino, había escrito, estuvo
también "
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