Basándose en la tragedia de Edipo, presenta una de las muchas interpretaciones que sobre este personaje y su historia se han vertido. Se condena a la autoridad y al patriarcado desde un Edipo inocente, por mucho que, desde otras instancias, se desee culpar a la víctima. Algunos consideran que la humanidad fue, en una época, libre y feliz, complaciente y deleitosa, y que en algún momento se empezó a perder esa condición y comenzó a surgir la autoridad, la alienación, la explotación, la opresión... Dice la autora que durante el periodo matrístico (no confundir con matriarcal o ginecocrático, previos a la sociedad patriarcal, pero que implicaban jerarquía) se vivía una acracia en sintonía con la naturaleza, un mundo sin relaciones de jerarquía. Sea o no así, si existió o no alguna vez un Edén paradisíaco, lo que a algunos nos parece evidente es que estamos sufriendo una civilización enferma que no nos permite la autorrealización. Por lo tanto, indagar en las causas de esa alienación ha de ser bienvenido para enriquecer el conocimiento humano y su camino de emancipación. Y este libro contribuye a ello. Son tantos los siglos transcurridos desde que la humanidad emprendiera su camino, tantas las civilizaciones vividas y sufridas por las personas, que es realmente difícil desenredar todos los entresijos que nos han conducido a esta situación tan alienante, pero en este libro se vislumbran los senderos de locura que nos han conducido hasta aquí.