Si hay una firma que representa a la perfección la faceta más sórdida y turbulenta del paisaje urbano
de los años ochenta, ésa es la de Alfredo Pons, uno de los estandartes de la revista El Víbora y todo un
cronista en clave de género negro que se sentó a dibujar para entregarnos la vida a pie de calle. <br>
Alta tensión reúne en sus páginas una irresistible galería de tipologías humanas que evolucionan en
bares, callejones, clubes nocturnos, habitaciones de hotel o tras las cortinas de aquella ventana, la única
con la luz prendida a estas horas de la madrugada... <br>
Esta antología atesora la voz de un autor que se hizo la ciudad de arriba abajo para luego narrarnos con
precisión lo que en ella ocurría, las razones y los motivos de cada uno de sus individuos, sus corazones
negros, la frustración que los une y que los separa, el sexo, la ilusión y la catarata incontenible de sus
pasiones.
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