365. Hablemos no es una novela, tampoco es un diario, aunque al principio nos lo parezca y su estructura se asemeje. No; esta obra es un conjunto de reflexiones, de pensamientos, de sentimientos dedicada al ser humano, como expone la autora en sus primeras páginas, donde también dice que: «Tengo la certeza de que todo ser humano ha vivido en algún momento de su vida algo que está aquí escrito. Que no hay ser humano que no haya experimentado algo de lo que sucede en este libro. Que no hay ser humano que no se vaya a encontrar». Y eso es lo que busca la autora: que el lector, sea como sea, venga de donde venga, esté donde esté, se vaya encontrando consigo mismo a medida que avanza en sus páginas, identificándose en muchos de sus fragmentos, repudiando —pero respetando— quizás otros, pudiendo ver la incoherencia que hay detrás de quien está siendo al verse reflejado en la mayoría de ellos Pero a través de ese proceso interior podrá alcanzar su yo auténtico, fortaleciéndose y venciendo sus propios miedos y remordimientos, dejando a un lado prejuicios y encontrando el camino de paz y calma interior para conseguir cualquier objetivo que se proponga, en libertad, sin cadenas internas ni ataduras externas, siendo él mismo y sintiéndose él mismo.